Primera lectura: 2Cor 6,1-10:
Somos servidores de Dios
Salmo: 98:
«El Señor da a conocer su victoria»
Evangelio: Mt 5,38-42:
«No hagan frente a quien los agravia»
11ª Semana Ordinario San Juan Francisco de Regis (1640)
39 Pues yo les digo que no opongan resistencia al que les hace mal. Antes bien, si uno te da una bofetada en tu mejilla derecha, ofrécele también la otra.
40 Al que quiera ponerte pleito para quitarte la túnica déjale también el manto.
41 Si uno te obliga a caminar mil pasos, haz con él dos mil. 42Da a quien te pide y no des la espalda a quien te pide prestado.
Un mundo sin violencia es una aspiración profunda que podemos alcanzar a través de una cultura de paz arraigada en principios fundamentales. En la lógica del cuidado y el respeto hacia los demás encontramos la clave para resolver conflictos de manera constructiva. Con Jesús aprendemos a no responder a la violencia con más violencia. Ser mejores implica no caer en la trampa de la provocación. El bien, esencialmente, provoca vergüenza en aquellos que abrazan el mal. No descendamos al nivel de los violentos ni permitamos que nos arrastren a su caos. Enfrentemos la intolerancia con la firmeza del respeto y la empatía. Jesús también nos invita a ofrecer la otra mejilla, dar más de lo que se pide y responder con amor a la agresión. ¿Cómo podemos inspirar la conversión del violento? ¿Cómo impulsar procesos no-violentos, desde las primeras edades, en nuestras familias e instituciones educativas? Nuestra tarea cristiana es aportar la ternura para que prevalezca sobre la arrogancia y la bondad ayude a sobreponerse a toda clase de mal.
“Un mundo nuevo, donde todos seamos hermanos, donde haya lugar para cada descartado de nuestras sociedades, donde resplandezcan la justicia y la paz” (FT 278).