2ª Semana de Adviento
Santa Lucía, mártir (304)
Eclo 48,1-4.9-11: Elías volverá
Sal 80: «Oh Dios, restáuranos; que brille tu rostro y nos salve»
Mt 17,10-13: Elías ya ha venido, y no lo reconocieron
Al bajar del monte, los discípulos preguntaron a Jesús: ¿Por qué dicen los letrados que primero tiene que venir Elías?
11 Jesús respondió: Elías tiene que venir a restablecer nuevamente el orden de todas las cosas.
12 Pero les aseguro que Elías ya vino, no lo reconocieron y lo maltrataron. Del mismo modo el Hijo del Hombre va a sufrir a manos de ellos.
13 Entonces comprendieron los discípulos que se refería a Juan el Bautista.
Comentario
Juan el Bautista es presentado en la línea de los profetas que soñaban con el restablecimiento del orden social y religioso. La pregunta de los discípulos sobre la venida de Elías refleja la expectativa de un pueblo, deseoso de justicia. No será difícil reconocer los “Elías” que surgen de nuestros pueblos, pregoneros de cambios, impulsores de procesos de transformación. La importancia de Juan es que, siguiendo la tradición de los profetas de Israel, no sólo asumió su vocación, sino que alentó a otros y dispuso el camino para que Jesús llevará adelante la misión del Reino. Nosotros, bautizados, también profetas, ¿qué caminos estamos allanando para las nuevas generaciones? Ojalá, que no sea lo contrario, en lugar de preparar, arruinemos posibilidades de futuro o procesos de cambio. El profeta Elías, Juan y todos los profetas sufren desprecio por ser fieles, pero en esa medida reciben el respaldo y fortaleza de Dios para no renunciar a la misión encomendada. Reconozcamos y atendamos a las voces proféticas que abogan por la justicia y la liberación.
“La fidelidad a la propia opción, sin avergonzarse, aunque eso acarree contrariedades, y aunque los seres queridos se opongan a dicha opción” (FT 240).
