2º DE ADVIENTO
San Ambrosio (397)
Isaías 11,1-10: Juzgará con justicia
Salmo 72: «En sus días florecerá la justicia y brillará la paz»
Romanos 15,4-9: Mantengamos la esperanza
Mateo 3,1-12: Vuelvan a Dios
En aquel tiempo se presentó Juan el Bautista en el desierto de Judea,
2 proclamando: Arrepiéntanse, que está cerca el reino de los cielos.
3 Éste es a quien había anunciado el profeta Isaías, diciendo: Una voz grita en el desierto: Preparen el camino al Señor, enderecen sus senderos.
4 Juan llevaba un manto hecho de pelo de camello, con un cinturón de cuero en la cintura y se alimentaba de saltamontes y miel silvestre.
5 Acudían a él de Jerusalén, de toda Judea y de la región del Jordán,
6 y se hacían bautizar por él en el río Jordán, confesando sus pecados.
7 Al ver que muchos fariseos y saduceos acudían a que los bautizara les dijo: ¡Raza de víboras! ¿Quién les ha enseñado a escapar de la condena que llega?
8 Muestren frutos de un sincero arrepentimiento
9 y no piensen que basta con decir: Nuestro padre es Abrahán; pues yo les digo que de estas piedras puede sacar Dios hijos para Abrahán.
10 El hacha ya está apoyada en la raíz del árbol: árbol que no produzca frutos buenos será cortado y arrojado al fuego.
11 Yo los bautizo con agua en señal de arrepentimiento; pero detrás de mí viene uno con más autoridad que yo, y yo no soy digno de quitarle sus sandalias. Él los bautizará con Espíritu Santo y fuego.
12 Ya empuña la horquilla para limpiar su cosecha: reunirá el trigo en el granero, y quemará la paja en un fuego que no se apaga.
Comentario
Las lecturas para este segundo domingo de Adviento nos invitan a reflexionar sobre la necesidad de la transformación interior y el arrepentimiento como camino hacia el reino de Dios. Encontramos en Isaías un texto mesiánico. La imagen del vástago que brotará de Jesé, lleno del Espíritu del Señor, simboliza la venida de un líder que juzgará con equidad, defendiendo a los desvalidos. Es una profecía que invita a la esperanza en medio de las realidades injustas, recordándonos que Dios actúa en la historia para liberar a su pueblo. Identificamos contextos marcados por demandas sociales, además de la escasez de liderazgos que velen por los intereses de las mayorías. ¿Cuál debería ser la actitud de las personas y las comunidades creyentes? Ojalá que nunca sigamos el camino de la indiferencia porque nos alejaríamos de cumplir la voluntad de Dios.
La lectura a los Romanos nos exhorta a mantener la esperanza cristiana; a través de la paciencia y el consuelo que ha de darnos el pertenecer a una comunidad de oyentes y servidores de la Palabra. Pablo nos recuerda que acoger y servir a los demás como lo hizo Jesús, debe ser el medidor de nuestro comportamiento. La referencia a la misericordia divina extendida a los paganos y no sólo a los circuncisos subraya la universalidad del amor de Dios. Todo sesgo de preferencias o distinción de personas, especialmente de tipo socio-económica, desdice de una comunidad de fe. Recordemos que toda búsqueda de justicia y equidad enfrenta obstáculos, por eso somos invitados a mantenernos unidos y a glorificar a Dios a través del servicio y acompañamiento mutuos.
El pasaje del Evangelio nos presenta la figura de Juan el Bautista como aquella voz que se adelanta a preparar la venida de Jesús y el reino. ¿Cuántas personas reconocemos en nuestro camino cristiano que nos han acercado a Jesús? Más de alguien nos ha llamado a despertar, a no descuidarnos o dejarnos vencer por los problemas. Nos corresponde también ser signos providentes de Dios para quienes vienen detrás de nosotros. El bautismo en agua y luego con Espíritu Santo y Fuego, no son realidades diferentes sino dos momentos de una misma experiencia de fe. Lo que en nuestros contextos hemos querido representar a manera de catequesis en el bautismo y la confirmación. Esa voz que grita en los desiertos contemporáneos cobra toda actualidad porque escuchamos más otros mensajes o voces famosas, que aquellas que intentan conducirnos hacia la vida plena, hacia la comunión con Dios. Seamos pregoneros de buenas noticias, profetas de nuestro tiempo.
“Una mirada distinta, un pensamiento, una política, un programa educativo, un estilo de vida y una espiritualidad que conformen una resistencia ante el avance del paradigma tecnocrático” (LS 111).
