18 de Diciembre del 2025

Feria privilegiada de Adviento 

San Modesto (634)

 

Jer 23,5-8: «Suscitaré a David un vástago» 

Sal 71: «Que florezca la justicia y la paz abunde eternamente»  

Mt 1,18-24: Jesús nacerá de María, esposa de José

El nacimiento de Jesucristo sucedió así: su madre, María, estaba comprometida con José, y antes del matrimonio, quedó embarazada por obra del Espíritu Santo. 

19 José, su esposo, que era un hombre justo y no quería denunciarla públicamente, pensó abandonarla en secreto. 

20 Ya lo tenía decidido, cuando un ángel del Señor se le apareció en sueños y le dijo: José, hijo de David, no temas recibir a María como esposa tuya, pues la criatura que espera es obra del Espíritu Santo. 

21 Dará a luz un hijo, a quien llamarás Jesús, porque él salvará a su pueblo de sus pecados. 

22 Todo esto sucedió para que se cumpliera lo que el Señor había anunciado por medio del profeta: 

23 Mira, la virgen está embarazada, dará a luz a un hijo que se llamará Emanuel, que significa: Dios con nosotros. 

24 Cuando José se despertó del sueño, hizo lo que el ángel del Señor le había ordenado y recibió a María como esposa. 

25 Y sin haber mantenido relaciones dio a luz un hijo, al cual llamó Jesús.

 

Comentario 

La narrativa del nacimiento de Jesús, en la versión de Mateo, pone de manifiesto la fe sencilla de María y José. María, encarna la experiencia de las mujeres sometidas al escrutinio público. El ángel de Dios reafirma la integridad de María y revela la obra dignificadora del Espíritu Santo. José, varón justo, muestra compasión y resistencia frente a las presiones sociales al considerar dejar a María en secreto. Todo este escenario nos habla de los planes de Dios y de la disposición que mostramos para cumplirlos, por más desafiantes e imposibles que se presenten. No perdamos de vista la conexión evidente entre el nacimiento de Jesús y la liberación del pueblo. El Dios de los imposibles, se abaja para hacer posible un plan redentor, no con el poder humano sino a partir de una fragilidad divinizada. Como María, podemos ser gestores de vida nueva, si dejamos que la gracia divina actué en cada uno de nosotros. Preparemos nuestros corazones para celebrar al Emmanuel - Dios con y en nosotros (as). 

“El Evangelio nos recuerda también que los hijos no son una propiedad de la familia, sino que tienen por delante su propio camino de vida” (AL 18).