1ª Semana de Adviento
San Silverio (537)
Is 11,1-10: Sobre él se posará el Espíritu
Sal 72: «Que en sus días florezca la justicia, y la paz abunde eternamente»
Lc 10,21-24: Jesús se llenó de alegría
En aquel tiempo, con el júbilo del Espíritu Santo, dijo Jesús: ¡Te alabo, Padre, Señor de cielo y tierra, porque, ocultando estas cosas a los sabios y entendidos, se las diste a conocer a la gente sencilla! Sí, Padre, ésa ha sido tu elección.
22 Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce quién es el Hijo, sino el Padre, y quién es el Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo decida revelárselo.
23 Volviéndose aparte a los discípulos, les dijo: ¡Dichosos los ojos que ven lo que ustedes ven!
24 Les digo que muchos profetas y reyes quisieron ver lo que ustedes ven, y no lo vieron; escuchar lo que ustedes escuchan, y no lo escucharon.
Comentario
Jesús con el gozo del Espíritu, agradece al Padre revelar los misterios de su amor a los humildes. Por el contrario, todas las dinámicas y posibilidades que en él se obtienen quedan ocultas para los sabios y entendidos. El texto nos invita a reflexionar sobre la importancia de cultivar la humildad y el servicio desinteresado; si realmente queremos adentrarnos en dinámicas humanizadoras nunca lo lograremos desde el poder o la imposición. Nos recuerda que la sabiduría del Reino no se encuentra en la sumatoria de prácticas religiosas o en la acumulación de conocimientos teológicos, sino en la experiencia de una vida compartida y de una espiritualidad que abre a la comunión con todo lo creado. Además, Jesús nos muestra en este texto su compasión entrañable hacia los más necesitados y su compromiso con la justicia. Que nunca en nuestras comunidades se subestime la presencia y protagonismo de las personas más humildes, seguro que en ellas también nos habla Dios. Comprometámonos a fomentar el buen trato, a caminar juntos valorando a cada miembro de la comunidad.
“Es necesario acoger la salvación de Cristo, su Evangelio de amor, para que se eliminen las desigualdades y las discriminaciones del mundo presente” (Papa Francisco).
