24 de Noviembre del 2025

33º Semana Ordinario

Andrés Dunc-Lac y comp. (1839)

 

Dn 1,1-6.8-20: No se encontró ninguno como ellos

Interleccional Dn 3: «Bendito seas, Señor, Dios de nuestros padres»

Lc 21,1-4: «Esa viuda ha puesto cuanto tenía para vivir»

 

En aquel tiempo, Jesús, levantando la vista, observó a unos ricos que depositaban sus donativos en el arca del Templo. 

2 Observó también a una viuda pobre que ponía unas moneditas; 

3 y dijo: Les aseguro que esa pobre viuda ha puesto más que todos. 

4 Porque todos ésos han depositado donativos de lo que les sobraba; pero ella en su pobreza, ha puesto cuanto tenía para vivir.

 

Comentario 

El mensaje evangélico nos invita a la generosidad. La viuda comparte no lo que le sobra, sino lo que ha podido: “todo lo que tenía para vivir”. Es un vivo ejemplo para un seguidor de Jesús que no ha de entregarse a partes o momentos, sino darse todo él. La vida ha de ser entendida como un don. Somos lo que entregamos a Dios y a los demás. Si nos observamos desde el egoísmo descubriremos todo aquello que nos empobrece, limita o deshumaniza. Uno de los problemas de nuestra sociedad consumista es la tendencia a la acumulación y la creación de falsas necesidades. Se necesita tener más cada día, no se piensa en compartir. Y, como todo tiene un precio, nada es gratuito, llegamos a tener relaciones totalmente interesadas. No podemos bendecir a Dios y darle gloria, si aquello que somos y tenemos no lo compartimos, principalmente con quienes no tienen como pagarnos. Nuestra vida ha de transformarse en un don para quienes nos rodean. Aprendamos a vivir desde la gratuidad, siendo más generosos.

“La caridad reúne ambas dimensiones —la mítica y la institucional— puesto que implica una marcha eficaz de transformación de la historia que exige incorporarlo principalmente todo” (FT 164).