14 de Octubre del 2025

28a Semana Ordinario

San Calixto (222)

 

Rom 1,16-25: No dieron gloria a Dios

Sal 19: «Los cielos proclaman la gloria de Dios»

Lc 11,37-41: «Den limosna, y lo tendrán limpio todo»

 

En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba, un fariseo lo invitó a comer en su casa. Jesús entró y se sentó a la mesa. 

38 El fariseo, que lo vio, se extrañó de que no se lavase antes de comer. 

39 Pero el Señor le dijo: Ustedes los fariseos limpian por fuera la copa y el plato, y por dentro están llenos de robos y malicia. 

40 ¡Insensatos! El que hizo lo de fuera, ¿no hizo también lo de dentro? 

41 Den, más bien, como limosna lo que tienen y todo será puro.

Comentario 

En la época helenística y romana que le tocó vivir a Jesús, se sentaban a la mesa los iguales o quienes eran considerados amigos. En cualquier circunstancia se guardaban unos protocolos de hospitalidad y pureza. Sin embargo, Jesús no se atiene a la etiqueta y se comporta como nunca se espera que lo haga un invitado. El fariseo se gana una arremetida del Maestro, que parece conocer los pensamientos de sus interlocutores y no se queda sin decir lo que siente. ¿Qué habría hecho usted si su invitado a comer le recrimina abusos y maldad? Jesús se comporta como un filósofo cínico de la época frente a los fariseos, desprecia las normas y recrimina conductas tenidas socialmente por virtuosas. El episodio de hoy sirve para revisar la coherencia de nuestros actos religiosos. Es en la cotidianidad donde debemos mostrar nuestra capacidad de amar, servir, tomar en cuenta a los demás, etc. Y, ¿cómo se purifica uno por dentro? Descubramos que nuestra fe en Dios, se refleja en actos de amor hacia las personas necesitadas.

“Hay que procurar que las ayudas económicas no degeneren en asistencialismo” (Sínodo de la Sinodalidad, I Sesión, octubre 2023).