23 de Agosto del 2025

20º Semana ordinaro
Santa Rosa de Lima (1617)

 

Rut 2,1-3.8-11; 4,13-17: 
«El Señor te ha dado hoy quien responda por ti»

Salmo 128: 
Esta es la bendición de quien teme al Señor

Mt 23,1-12: 
«No hacen lo que dicen»

 

 

1 Jesús, dirigiéndose a la multitud y a sus discípulos, 
2 dijo: En la cátedra de Moisés se han sentado los letrados y los fariseos. 
3 Ustedes hagan y cumplan lo que ellos digan, pero no los imiten; porque dicen y no hacen. 
4 Atan fardos pesados, difíciles de llevar, y se los cargan en la espalda a la gente, mientras ellos se niegan a moverlos con el dedo. 
5 Todo lo hacen para exhibirse ante la gente: llevan cintas anchas y flecos llamativos en sus mantos. 
6 Les gusta ocupar los primeros puestos en las comidas y los primeros asientos en las sinagogas; 
7 que los salude la gente por la calle y los llamen maestros. 
8 Ustedes no se hagan llamar maestros, porque uno solo es su maestro, mientras que todos ustedes son hermanos. 
9 En la tierra a nadie llamen padre, pues uno solo es su Padre, el del cielo. 
10 Ni se llamen jefes, porque sólo tienen un jefe que es el Mesías. 
11 El mayor de ustedes que se haga servidor de los demás. 
12 Quien se alaba será humillado, quien se humilla será alabado.

 
Comentario 

La doctrina pura y dura, pesa. Jesús critica la conducta farisea que se aprovecha de la doctrina para beneficiar su status de poder y privilegios. Por eso, hace un llamado a la comunidad discipular para que abran los ojos. Se convierten en falsos líderes de la religión, porque supeditan la voz de Dios, con una predicación manipuladora, a un legalismo ciego. El relato de Rut vuelve a ser ejemplar en este aspecto. Ella, con su vida abnegada, pero siempre viuda y extranjera, recoge espigas y busca la forma de generar futuro para ella y para Noemí. No sabiendo tanto de las leyes israelitas logra enamorar a Booz para que, a partir de la ley del levirato, como pariente de Noemí pueda convertirse en redentor de ambas. Siempre existe la posibilidad de una perspectiva humanizadora de las leyes. Pero seguimos rodeados de legislaciones injustas que benefician a unos pocos y atropellan los derechos de los más empobrecidos. Comencemos por dialogar y transformar las leyes injustas dentro de la misma Iglesia.  

“Un gran desafío reconocer lo que implica el lugar de la mujer allí donde se toman decisiones importantes, en los diversos ámbitos de la Iglesia” (EG 104).