12 de Junio del 2025

Primera lectura: Is 52,13–53,12: 
“Él fue traspasado por nuestros crímenes”
Salmo: 40:
“Aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad”
Evangelio: Lc 22,14-20: 
“Hagan esto en memoria mía”

10a Semana Ordinario Jesucristo, Sumo y Eterno Sacerdote

 

14 Cuando llegó la hora, Jesús se puso a la mesa con los apóstoles 
15 y les dijo: Cuánto he deseado comer con ustedes esta Pascua antes de mi pasión. 
16 Les aseguro que no volveré a comerla hasta que alcance su cumplimiento en el reino de Dios. 
17 Y tomando la copa, dio gracias y dijo: Tomen y compártanla entre ustedes. 
18 Les digo que en adelante no beberé del fruto de la vid hasta que no llegue el reino de Dios. 
19 Tomando pan, dio gracias, lo partió y se lo dio diciendo: Esto es mi cuerpo, que se entrega por ustedes. Hagan esto en memoria mía. 
20 Igualmente tomó la copa después de cenar y dijo: Ésta es la copa de la nueva alianza, sellada con mi sangre, que se derrama por ustedes.
 
 
Comentario 

 

El bautismo nos convierte a todos en sacerdotes, participantes del sacerdocio común de los fieles, desafiándonos a más que solo creer; nos insta a imitar a Jesús de Nazaret, quien dotó de sacralidad a las acciones cotidianas de la vida. En la última cena compartió el pan y el vino, estableciendo un vínculo entre lo terrenal y lo divino, entre lo ordinario y lo sagrado. Nuestra existencia misma debería ser un sacramento de la presencia amorosa de Dios, eliminando barreras para comunicarnos con Él y compartiendo su amor con toda persona. La narrativa bíblica en la que Jesús comparte la Pascua con sus discípulos nos recuerda la importancia de estar en comunión, agradecer y entregarnos por los demás. En nuestro tiempo, ¿cómo reproducir el sacerdocio de Jesús en nuestras vidas? Si somos instrumentos del amor de Dios, transformamos nuestras interacciones diarias en oportunidades para ser canales de misericordia. Esto nos llama no sólo a la reflexión, sino también a la acción comprometida de no reducir nuestra fe a ritos sin correspondencia. 

“La compasión de Jesús lo movía a salir de sí con fuerza para anunciar, para enviar en misión, para enviar a sanar y a liberar” (GE 131).

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

Esta es una publicación de © MICLA, que forma parte del grupo de Editores Claretianos Claret Publishing Group.
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