2 de Mayo del 2025

Primera lectura: Hch 5,34-42: 
Aun perseguidos, no dejaban de anunciar el Evangelio de Jesús
Salmo: 27: 
«Una cosa pido al Señor: habitar en su casa»
Evangelio: Jn 6,1-15: 
Repartió a los que estaban sentados todo lo que quisieron

2ª Semana de Pascua San Atanasio, mártir (373)

 

1 Después de esto pasó Jesús a la otra orilla del lago de Galilea –el Tiberíades–.
2 Lo seguía un gran gentío, porque veían las señales que hacía con los enfermos.
3 Jesús se retiró a un monte y allí se sentó con sus discípulos.
4 Se acercaba la Pascua, la fiesta de los judíos.
5 Levantando la vista y viendo el gentío que acudía a él, Jesús dijo a Felipe: ¿Dónde compraremos pan para darles de comer?
6 –lo decía para ponerlo a prueba, porque sabía bien lo que iba a hacer–.
7 Felipe le contestó: Doscientas monedas de pan no bastarían para que a cada uno le tocase un pedazo.
8 Uno de los discípulos, Andrés, hermano de Simón Pedro, le dice:
9 Aquí hay un muchacho que tiene cinco panes de cebada y dos pescados; pero, ¿qué es eso para tantos?
10 Jesús dijo: Hagan que la gente se siente. Había hierba abundante en el lugar. Se sentaron. Los hombres eran cinco mil.
11 Entonces Jesús tomó los panes, dio gracias y los repartió a los que estaban sentados. Lo mismo hizo con los pescados: dándoles todo lo que quisieron.
12 Cuando quedaron satisfechos, dijo Jesús a los discípulos: Recojan las sobras para que no se desaproveche nada.
13 Las recogieron y, con los trozos de los cinco panes de cebada que habían sobrado a los comensales, llenaron doce canastas.
14 Cuando la gente vio la señal que había hecho, dijeron: Éste es el profeta que había de venir al mundo.
15 Jesús, conociendo que pensaban venir para llevárselo y proclamarlo rey, se retiró de nuevo al monte, él solo.
 
 
 
Comentario 

 

Este signo milagroso del pan partido y compartido es una preciosa metáfora del Reino inaugurado por Jesús. El texto insinúa que estaba cerca la pascua judía cuando Jesús realiza este signo, narrado en los cuatro evangelios. Será una pascua sin rito litúrgico, pero real, como la pascua original judía que surgió de una liberación. Aquí se está realizando otra liberación, compartiendo la poca comida que se tiene y confiando en la providencia de Dios. Cuando se comparte con generosidad, nadie pasa hambre y alcanza para seguir compartiendo con otros necesitados (v. 13). Ahora celebramos el rito de la pascua y lo desligamos con mucha frecuencia del significado de esos gestos de partir, repartir y compartir. Juan, con su largo evangelio sobre el pan de vida, nos regala una bella catequesis: relacionar el pan eucarístico con las necesidades básicas humanas. Primero es el acontecimiento pascual luego viene el rito, no al revés.

“Nos volvemos incapaces de compadecernos ante los clamores de los otros, ya no lloramos ante el drama de los demás ni nos interesa cuidarlos” (EG 54).

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

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