2 de Noviembre del 2025

31a Semana Ordinario

CONMEMORACIÓN DE LOS FIELES DIFUNTOS

 

Job 19,1.23-27a: Yo sé que está vivo mi Redentor

Sal 25: «A ti, Señor, levanto mi alma»

Fil 3,20-21: Nos transformará según su cuerpo glorioso

Mc 15,33-39–16,1-6: Jesús, dando un fuerte grito, expiró.

 

Aquel día, al mediodía, se oscureció todo el territorio hasta media tarde. 

34 A esa hora Jesús gritó con voz potente: Eloi Eloi lema sabaktani, que significa: Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado? 

35 Algunos de los presentes, al oírlo, comentaban: Está llamando a Elías. 

36 Uno empapó una esponja en vinagre, la sujetó a una caña y le ofreció de beber diciendo: ¡Quietos! A ver si viene Elías a liberarlo. 

37 Pero Jesús, lanzando un grito, expiró. 

38 El velo del santuario se rasgó en dos de arriba abajo. 

39 El centurión, que estaba enfrente, al ver cómo expiró, dijo: Realmente este hombre era Hijo de Dios. 

16.1 Cuando pasó el sábado, María Magdalena, María de Santiago y Salomé compraron perfumes para ir a ungirlo. 

2 El primer día de la semana, muy temprano, llegaron al sepulcro al salir el sol. 

3 Se decían: ¿Quién nos correrá la piedra de la entrada del sepulcro? 

4 Alzaron la vista y observaron que la piedra estaba corrida. Era muy grande. 

5 Al entrar al sepulcro, vieron un joven vestido con un hábito blanco, sentado a la derecha; y quedaron sorprendidas. 

6 Les dijo: No tengan miedo. Ustedes buscan a Jesús Nazareno, el crucificado. No está aquí, ha resucitado. Miren el lugar donde lo habían puesto.

 

Comentario 

Nos preguntamos mucho por la muerte, pero poco, por cómo vivimos o el sentido que le damos y lo que nos corresponde como cristianos bautizados. Reconocemos que la muerte no es el destino final, sino la resurrección y la permanencia de nuestras buenas acciones por encima de lo malo que nos pudo acontecer o el daño que sin querer hicimos. 

El buen Job, en la primera lectura, deja ver tres momentos: vivir, morir y la eternidad en Dios. Tener la certeza de ese encuentro con el Redentor se convierte en esperanza de vida en medio de las adversidades; saber de la existencia de un encuentro final es lo que le brinda confianza y fortaleza de ánimo. Pensemos en las personas que no pueden acceder a los sistemas de salud, porque son inaccesibles para quien no tiene cómo pagar, o en quienes viven una muerte silenciosa porque llevan muchas heridas desde su infancia y padecen ansiedad, depresión y soledad. Aquí es donde la comunidad cristiana se tiene que saber cómo una tienda de campaña (clínica u hospital espiritual) que, con cercanía, escucha y gestos solidarios, se convierta en lugar de consuelo y esperanza. Con la gracia de Dios que se aproxima podemos reconfortarlos y que sus vidas digan: «Yo sé que está vivo mi defensor y que al final se alzará sobre el polvo».

San Pablo invita a la comunidad de Filipos a la transformación del cuerpo y no como algo superficial, sino pensando en el proceso de sanación de las heridas profundas provocadas por el desamor, el maltrato, la injusticia y el hambre real. ¿Dónde está mi granito de arena en la transformación de la historia? Hacer que el Reino se encarne en la tierra, implica que nos convirtamos al Dios que renace, florece y resucita.

Hoy más que nunca debemos ser anunciadores de la pascua y del triunfo de la vida. No podemos vivir sumidos en la desesperanza, tentación que percibimos embarga el corazón de las mujeres del evangelio. Ese Dios en el que creyeron y creemos les dice y nos dice: «No tengan miedo». No tengamos miedo al denunciar esta cultura de muerte que expulsa a muchas personas de sus territorios y los ve peregrinar y morir en total indefensión y en malas condiciones. El Papa Francisco nos invita a “repensar nuestros estilos de vida, nuestras relaciones, la organización de nuestras sociedades y sobre todo el significado de nuestra existencia”. Es una ocasión para fijarnos en los fieles amigos de Jesús que nos han mostrado como encarnar el evangelio

“Desafiemos la costumbre, abramos bien los ojos y los oídos, y sobre todo el corazón, para dejarnos descolocar por lo que sucede a nuestro alrededor y por el grito de la Palabra viva y eficaz del Resucitado” (GE 137).

El DIARIO BÍBLICO es un servicio desinteresado y no lucrativo que los Misioneros Claretianos de América hacen a la Nueva Evangelización, para las iglesias locales del Continente y de otras iglesias hispanoparlantes de más allá.

Esta es una publicación de © MICLA, que forma parte del grupo de Editores Claretianos Claret Publishing Group.
Bangalore • Barcelona • Buenos Aires • Chennai • Macao • Madrid • Manila • Santiago • São Paulo • Yaundé.

Diseño gráfico: e! Grupo Creativo, México.
www.egrupocreativo.com.mx

Programación: Experiencia Web, México.
www.experienciaweb.com.mx