Primer Lectura: Éx 3,1-6.9-12:
El ángel se apareció
Salmo: 103:
«El Señor es compasivo y misericordioso»
Evangelio: Mt 11,25-27:
«Gracias, Padre»
15a Semana Ordinario, Nuestra Señora del Carmen
26 Sí, Padre, ésa ha sido tu elección.
27 Todo me lo ha encomendado mi Padre: nadie conoce al Hijo, sino el Padre; nadie conoce al Padre, sino el Hijo y aquel a quien el Hijo decida revelárselo.
El evangelio de san Mateo enfatiza que los predilectos del reino son los desprotegidos, descartados y sencillos porque sólo tienen a Dios por defensa. Se desvanece su imagen en aquellas personas o grupos humanos que se consideran superiores, importantes y que en apariencia todo lo tienen resuelto. De ahí que los discípulos de todas las generaciones necesitamos prestar atención a nuestro modo de vivir, siendo justos y misericordiosos. Nuestra vocación de Oyentes y Servidores de la Palabra nos impulsa a establecer relaciones equilibradas con todo lo creado. Aunque vivamos sedientos de cosas y experiencias, es bueno fomentar un estado de conformidad (no conformismo) y límite saludable. Resulta prudente discernir si mi participación en la comunidad cristiana hace de mí una persona humilde. Que al centro de nuestros proyectos e iniciativas esté Jesús y su Causa.
“Mantener el corazón limpio de todo lo que mancha el amor, esto es santidad” (GE 86).