27a Semana Ordinario
Santa Ma. Soledad Torres (1887)
San Juan XXIII (1963)
Jl 4,12-21: Madura está la mies
Sal 97: «Alégrense, justos, con el Señor»
Lc 11,27-28: Dichosos los que escuchan la Palabra
En aquel tiempo, mientras Jesús hablaba a la gente, una mujer de la multitud alzó la voz y dijo: ¡Dichoso el vientre que te llevó y los pechos que te criaron!
28 Él replicó: ¡Dichosos, más bien, los que escuchan la Palabra de Dios y la cumplen!
Comentario
Por generaciones, la fecundidad es uno de los ingredientes esenciales de la cosmovisión bíblica. Así, la vocación de la tierra consiste en ser fértil y la de los seres vivos en multiplicarse. Así, la mujer ideal para la mentalidad judía debe ser “madre fecunda” y “señora de su casa”. Aunque encontramos a mujeres excepcionales que desbordaron esos estereotipos culturales. Entonces, la vida humana era mucho más frágil, la organización social era dominantemente patriarcal y la fuerza de trabajo escasa. Las condiciones han cambiado mucho en nuestras sociedades. En la comunidad del Reino, el honor de las mujeres no estriba en ser madre de un héroe, ni siquiera en ser la madre del Mesías, sino en la encarnación eficaz del Evangelio. Esto valida el discipulado de mujeres y varones, por igual. El Espíritu está clamando justipreciar los aportes teológicos, ministeriales y pastorales que innumerables mujeres han hecho al Cuerpo de Cristo a lo largo de su historia. ¿Cómo se promueve a la mujer en tu comunidad parroquial o eclesial?
“La auténtica escucha es un elemento fundamental en el camino hacia la sanación, el arrepentimiento, la justicia y la reconciliación” (Sínodo de la Sinodalidad, I Sesión, octubre 2023).