30a Semana Ordinario
Solemnidad de Todos los Santos
Ap 7,2-4.9-14: «Vi una muchedumbre inmensa»
Sal 24: «Éstos son los que buscan al Señor»
1Jn 3,1-3: Veremos a Dios tal cual es
Mt 5,1-12a: «Estén alegres; su recompensa será grande»
En aquel tiempo, al ver a la multitud, Jesús subió al monte. Se sentó y se le acercaron los discípulos.
2 Tomó la palabra y comenzó a enseñarles del siguiente modo:
3 Felices los pobres de corazón, porque el reino de los cielos les pertenece.
4 Felices los afligidos, porque serán consolados.
5 Felices los desposeídos, porque heredarán la tierra.
6 Felices los que tienen hambre y sed de justicia, porque serán saciados.
7 Felices los misericordiosos, porque serán tratados con misericordia.
8 Felices los limpios de corazón, porque verán a Dios.
9 Felices los que trabajan por la paz, porque se llamarán hijos de Dios.
10 Felices los perseguidos por causa del bien, porque el reino de los cielos les pertenece.
11 Felices ustedes cuando los injurien y los persigan y los calumnien falsamente de todo por mi causa.
12a Alégrense y pónganse contentos porque el premio que les espera en el cielo es abundante.
Comentario
¿Qué es ser santo? En primer lugar, como dice el salmista es buscar a Dios y su justicia, reconociéndolo presente, ante todo, en aquellas personas que en medio de sus dificultades no dejan de entregar el corazón. La vida en santidad nos impulsa a seguir a Jesús, en los gestos sencillos que promueven la comunión y no en los actos extraordinarios. Podemos ser santos y santas realizándonos y encontrándole gusto a nuestras acciones cotidianas: en el trabajo, en la familia, en la comunidad. Mateo nos muestra gráficamente el camino para alcanzar la santidad. A partir de las bienaventuranzas, descubrimos que es feliz no quien es rico, famoso o quien parece no importarle nada; es dichoso y vive feliz quien sabe que, a pesar de no tener resuelta o asegurada la vida, encontrará oportunidades para amar y personas providentes para levantarse en las caídas. Y cuando llega la persecución y la muerte, santa es la persona capaz de entregar su vida por amor.
“La santidad es el rostro más bello de la Iglesia. Pero aun fuera de la Iglesia Católica y en ámbitos muy diferentes, el Espíritu suscita signos de su presencia” (GE 9).
