27a Semana Ordinario
San Héctor Valdivieso (1934)
Mal 3,13-20a: «Los perdonaré como un padre al hijo»
Sal 1: «Dichoso el que ha puesto su confianza en el Señor»
Lc 11,5-13: «Pidan y se les dará»
En aquel tiempo dijo Jesús a sus discípulos: Supongamos que uno tiene un amigo que acude a él a medianoche y le pide: Amigo, préstame tres panes,
6 que ha llegado de viaje un amigo mío y no tengo qué ofrecerle.
7 El otro desde dentro le responde: No me vengas con molestias; estamos acostados yo y mis niños; no puedo levantarme a dártelo.
8 Les digo que, si no se levanta a dárselo por amistad, se levantará a darle cuanto necesita para que deje de molestarlo.
9 Y yo les digo: Pidan y se les dará, busquen y encontrarán, llamen y se les abrirá,
10 porque quien pide recibe, quien busca encuentra, a quien llama se le abre.
11 ¿Qué padre entre ustedes, si su hijo le pide pan, le da una piedra? O, si le pide pescado, ¿le dará en vez de pescado una culebra?
12 O, si pide un huevo, ¿le dará un escorpión?
13 Pues si ustedes, que son malos, saben dar cosas buenas a sus hijos, ¡cuánto más el Padre del cielo dará el Espíritu Santo a los que se lo pidan!
Comentario
Jesús instruye sobre asuntos elementales que sustentan el estilo de vida de quienes deciden seguirle. Y la oración encabeza la lista de las prioridades. Más que orar para pedir, se trata de un ejercicio de abandono y confianza. Esto puede perturbar, sobre todo, si nos regimos por una mentalidad de inmediatez y productividad: “nada me caerá del cielo sino me esfuerzo”, “en esta vida nada es de gratis”. Son algunos de los lemas introyectados en los individuos de sociedades donde todo se prevé y planifica. De modo que confiar en Dios, más que en mis cálculos humanos, puede resultar incómodo. Oramos y confiamos, reconociendo nuestros límites y carencias; no somos dioses. Más todavía, Jesús nos alienta a pedir esos bienes que pasan desapercibidos, los dones espirituales. Enfrascados en el trajín diario nos olvidamos de lo trascendente. Jesús nos recuerda que Dios es más solidario que un amigo y más paciente que un padre. ¡No te olvides de pedir la fuerza del Espíritu Santo!
“La Iglesia está llamada a repetir las palabras de Jesús, y hacerlas revivir en toda su fuerza” (Sínodo de la Sinodalidad, I Sesión, octubre 2023).