Primer Lectura: Gén 44,18-21.23-29; 45,1-5:
«Dios me envío a Egipto»
Salmo: 105:
«Recuerden las maravillas que hizo el Señor»
Evangelio: Mt 10,7-15
«No lleven oro ni plata»
14ª Semana Ordinario San Cristóbal (s.III)
La violencia, la pobreza, la falta de oportunidades laborales y el acceso limitado a servicios esenciales y una educación de poca calidad afectan el proyecto de vida de niños, niñas y adolescentes de muchas latitudes del mundo, obligándolos a tomar la difícil decisión de abandonar sus países de origen, en búsqueda de mejores oportunidades que les permitan vivir de una manera más digna y tranquila. No obstante, los niños y adolescentes en esta experiencia migratoria son altamente vulnerables a situaciones que ponen en riesgo sus vidas y su dignidad, a causa de un ejercicio político que no asegura los derechos fundamentales de estos grupos humanos. Esta realidad tan desoladora se distancia significativamente del mandato propuesto en el evangelio de hoy, en el que se nos motiva a vivir la hospitalidad como una respuesta efectiva y afectiva a todos aquellos que van de camino, que van de ciudad en ciudad buscando encontrar personas respetables que abran con alegría y humildad sus vidas y sus casas para acogerlos, escucharlos y sanar muchas de sus heridas.
“Nunca se debe encasillar al otro por lo que pudo decir o hacer, sino que debe ser considerado por la promesa que lleva dentro de él” (FT 228).