1ª Semana de Adviento
San Francisco Javier (1552)
Is 25,6-10a: El Señor dará una fiesta para todos
Sal 23: «Habitaré en la casa del Señor por años sin término»
Mt 15,29-37: Jesús sana a muchos enfermos
En aquel tiempo, Jesús se dirigió al lago de Galilea, subió a un monte y se sentó.
30 Acudió una gran multitud que traía cojos, lisiados, ciegos, mudos y otros muchos enfermos. Los colocaban a sus pies y él los sanaba.
31 La gente quedaba admirada al ver que los mudos hablaban, los cojos caminaban, los lisiados quedaban sanados y los ciegos recobraban la vista. Y todos glorificaban al Dios de Israel.
32 Jesús llamó a los discípulos y les dijo: Me compadezco de esta gente, porque llevan tres días junto a mí y no tienen qué comer. No quiero despedirlos en ayunas, no sea que desfallezcan en el camino.
33 Le dijeron los discípulos: ¿Dónde podríamos, en un lugar tan despoblado como éste, conseguir suficiente pan para toda esta gente?
34 Jesús les preguntó: ¿Cuántos panes tienen? Ellos le contestaron: Siete y algunos pescaditos.
35 Él ordenó a la gente que se sentara en el suelo.
36 Tomó los siete panes y los pescados, dio gracias, partió el pan y se lo dio a los discípulos; éstos se los dieron a la multitud.
37 Comieron todos hasta quedar satisfechos; y con los restos llenaron siete canastos.
Comentario
El texto relata la curación de multitudes en la región de Galilea, (Decápolis según Marcos 7,31), seguido por el milagro de la multiplicación de los panes y los peces. Se presenta una imagen de Jesús como el liberador que sana y alimenta al pueblo, y lo hace en el contexto de una región que se encuentra fuera del territorio judío. Además, la multiplicación de los panes y los peces es un acto de justicia distributiva, que busca garantizar que todos tengan lo básico para vivir bien. Jesús muestra su preocupación por las necesidades materiales de la gente. Genera inquietud en la comunidad, suscitando el compartir, porque sabe que no habría hambre en el mundo si nadie guardara o acumulara sólo para sí. Esto tiene implicaciones para las pastorales en la Iglesia que han de encarnar la experiencia de la justicia, suscitando el compartir solidario como componente esencial del Evangelio. No olvidemos que para Jesús salvación, salud y bienestar integral van de la mano e implican a toda la comunidad.
“Si la Iglesia entera asume este dinamismo misionero, debe llegar a todos, sin excepciones” (EG 48).
