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“El Señor Jesús continúa su ministerio de esperanza para la humanidad por medio de sus discípulos…inclinándose ante cada persona pobre, afligida, desesperada y oprimida por el mal” (Misioneros de Esperanza entre los Pueblos, Jornada Mundial de las Misiones 2025)
El mes de octubre, el Mes de las Misiones, nos invita a reflexionar sobre nuestro papel como discípulos de Cristo en el mundo. A lo largo de estos domingos, las lecturas del Evangelio, tomadas del ciclo C, nos ofrecen valiosas lecciones para este camino. Nuestra misión no es una carga, sino una respuesta humilde y gozosa al llamado de Dios.
Mientras vivimos este Jubileo, un tiempo de gracia y perdón, somos llamados a ser constructores de paz en un mundo que tanto lo necesita. La paz no es solo la ausencia de guerra, sino la plenitud de la justicia y la fraternidad. Por eso, en este Mes de las Misiones y durante todo el Jubileo, es crucial que nuestras oraciones se eleven por la paz mundial, especialmente en aquellos lugares marcados por el conflicto y el sufrimiento.
Que las palabras de la Escritura nos inspiren a vivir una fe activa y humilde. Una fe que nos impulse a ser misioneros de la esperanza y la caridad en cada rincón de nuestra vida, y que nos una en una sola voz para pedir por la paz en el mundo.
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