Primera lectura: 1Cor 4,6b-15:
Hemos pasado hambre y sed y falta de ropa
Salmo: 145:
Cerca está el Señor de los que lo invocan
Evangelio: Lc 6,1-5:
“¿Por qué hacen en sábado lo que no está permitido?”
22ª Semana Ordinario Santa Regina (s. VIII)
2 Unos fariseos les dijeron: ¿Por qué hacen en sábado una cosa prohibida?
3 Jesús les contestó: ¿No han leído lo que hizo David con sus compañeros cuando estaban hambrientos?
4 Entró en la casa de Dios, tomó los panes consagrados, que pueden comer sólo los sacerdotes, comió y los compartió con sus compañeros.
5 Y añadió: El Hijo del Hombre es Señor del sábado.
El seguimiento de Jesús es un camino de libertad que, en ocasiones, puede resultar contracultural. Los fariseos, recelosos de un tesoro hecho a partir de las propias interpretaciones de la Ley, cuestionan a los discípulos e indirectamente ponen en tela de juicio el proceder de Jesús. Justamente por eso la respuesta que da Jesús usa la misma estrategia: se pone de manifiesto que los seguidores pueden vivir con la misma libertad con la que vive su Maestro. Para nuestras comunidades, esta puede ser una perspectiva de lectura. Porque esta posibilidad de libertad en los gestos, en las palabras y en el cuestionar lo permitido es parte de nuestra configuración con Jesús. Lo que han de buscar nuestros encuentros comunitarios en la Iglesia es la humanización de sus miembros y la madurez en los vínculos fraternales, para que no quede todo en un cumplimiento estéril de mandatos. Preguntémonos: “¿Qué haría Jesús en mi lugar?” y perseveremos en cultivar un vínculo profundo con Dios ejercitando la escucha profunda de su voluntad.
“Mientras la persona no conoce el amor gratuito, no sabe todavía como es el amor que hace nacer la felicidad” (J. Pagola).